Lacrimosa dies illa

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El otro día me hicieron una pregunta un tanto difícil de responder, pero que me he planteado muchas veces. Inclusive otros me la han hecho.

No sé por qué escondes tanto esa buena persona que llevas dentro

Esa pregunta no se puede responder si no se escucha antes la épica trilogía de Lacrimosa (Elodia, Fassade y Echos). En una entrevista a Tilo Wolff de Power Metal respecto a su disco Echos, dice que este trata sobre:

die Hingabe zu erforschen, den anderen zu lieben um sich selbst zu verstehen, und wie man sich mit diesen Dingen selbst betrügen kann. Das ist einem oft in den entscheidenden Momenten nicht mehr präsent. Erst auf den Blick nach innen folgt der Blick nach außen.

La traducción versa algo más o menos así:

explorar la devoción de amar al otro para entenderse a si mismo, y de como uno se puede engañar con estas cosas. Frecuentemente no tenemos esto presente en los momentos decisivos. Hasta que echamos un vistazo al interior es que después sigue un vistazo al exterior.

Estos tres discos, en lo personal, representan una gradación descendente de sentimientos, y de como al final gritamos en silencio.

Sin entrar en las canciones mismas, podemos encontrar joyas de títulos, que citarlos sería citar los discos completos.

Después de un rato de reflexión sobre las canciones se puede uno concentrar en lo que implica esa frase en su interior. Para esto me tomaré la libertad de tomar un tema prestado, los Illuminati. Hace poco estaba leyendo un blog de esos conspiranoicos de como lo que está sucediendo es un plan maquiavélico de control de parte de EUA y de los Illuminati, el Club Bilderberg y los judeo-masones-sionistas bla bla. En fin, sin entrar en mucho detalle, me quedé pensando. La persona, o al menos yo, es como una sociedad secreta como los Illuminati, o en su defecto como los alemanes. Recuerdo que alguna vez me dijeron:

Los alemanes son como un coco, duros por fuera, pero cuando los conoces son suaves por dentro. En cambio, los mexicanos son como un durazno, suaves por fuera, pero duros por dentro.

Es una frase que se me quedó muy grabada, porque después de conocer a tantos alemanes, e inclusive vivir allá, es cierta. Dicen que los alemanes son fríos, torpes y demás, mientras que la sangre caliente del latino es amigable, fiestera, etc. Supongo que cada quien habla de acuerdo a como le va en la fiesta, pero en lo personal es lo mismo que yo opino.

¿Y qué tiene que ver esto con los Illuminati y la pregunta? Pues todo. Ser amigable y fiestero es muy sencillo, basta con preguntar „¿Quién pone las chelas?“ y listo, ya se armó la fiesta. Pero qué hubiera pasado si los Illuminati hubieran sido una sociedad no secreta, sino totalmente abierta a todo el que tocara a sus puertas. Pues seguramente hoy seguirían existiendo, y las teorías conspiranoicas tendrían razón o no. Sin embargo, su secrecía les daba algo, poder seleccionar. Al tener esta facultad, podían elegir quién era „digno“ de sus filas.

En este caso, el punto no es quién es „digno“ de mi „buena persona“, sino más bien que si se abren las puertas del yo a todo mundo, así como vendrán personas buenas, vendrán personas malas. Y cuando uno es bueno y bondadoso, tiene que abrigar a ambos tipos, pero puede uno rayar en lo ingenuo o tonto y entonces verse perjudicado. Soportar al otro requiere de energía. Hace mucho tiempo leía un paper acerca de los introvertidos y mencionaba que para un introvertido, estar en una situación social implicaba perdida de energía. Mientras que para un extrovertido era obtener energía. Si bien no vivo en una cueva, si considero que en parte es cierto.

Para mi, relacionarme con el prójimo es estresante y pérdida de energía. Se requiere tener confianza con ese otro para evitar los comportamientos evasivos inherentes de mi personalidad. De lo contrario, esos mismos comportamientos drenan mis ganas de todo. Tal vez es cierto y no debería de pensar tanto en el otro y simplemente ser yo mismo. Pero como dice cierta frase:

Cuanto mas estoy con los hombres, menos hombre vuelvo.

No puedo evitar vivir en sociedad, pero lo que si puedo evitar es relacionarme con el ser humano. Dicen que el Hombre es gregario por naturaleza, sin embargo también podríamos decir que:

El Hombre es un ser social porque prefiere soportar a otros que soportarse a sí mismo.

Y eventualmente entraríamos en un debate infinito entre si es más „correcto“ o „incorrecto“ ser social, platicar, etc. Para mí, siempre me ha parecido que la energía de la semana es como tener una cubeta llena de agua. El trabajo requiere agua, el descanso requiere agua, las relaciones sociales requieren agua, etc. Pensando que el sueño llena la cubeta de la siguiente semana, podríamos pensar que 2/3 del día drenan esa agua. Suponiendo que el trabajo consume la mitad del agua, quiere decir que nos sobra media cubeta para todo lo demás. Hacer deberes de la casa, ir de compras, etc etc. Si pensamos en que las relaciones sociales consumen energía, ¿cuánto de la cubeta estamos dispuestos a dar?. ¿Cuánta agua le quitaríamos al trabajo o a los deberes del hogar para dárselo a las relaciones sociales?.

Siempre he tenido la teoría de tipo zodiaco de TVyNotas, que las personas que son como yo entregan mucho -- así como los alemanes cuando llegas a lo blando -- y por ende debemos de tener más cuidado en no dar ese interior a cualquier.

Tal vez es una visión misántropa, o tal vez una visión „elevadora“ del propio yo y al final no es tan woao uno. Posiblemente. Pero cuando la vida te ha aventado puras piedras, prefieres sostener fuertemente tus frutos que entregárselos a cualquiera.

Nadie tira piedras a un árbol sin fruto

Yo siempre he dicho que:

Los amigos son enemigos en potencia

Y hace poco Sertillanges completó mi frase:

Los enemigos son amigos que están perdidos

Y en definitiva, la diplomacia hacía la amistad, no debe de partir del amigos, sino del enemigo.

Pero eso sí, si uno va a ser bueno con alguien, que sea hasta el fin del mundo. Mateo 28:20

y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.

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