La Jacaranda

La libertad lanzo un grito: „Aleja-
Os de esa agraciada Jacaranda,
¿Desconocéis acaso vosotros,
Que seca a uno una simple mirada?“

Esos pensamientos atrás dejaos
Ahora que libre la mente anda,
Y de alegría llena estos versos
Para que admiréis a la Jacaranda.

Esta humilde Jacaranda redimió,
A la triste y oprimida mente
Y el vasto amor la deuda perdió.

En esta sórdida aflicción errante,
La noble Jacaranda su mano me dio,
Para olvidar la nostalgia agobiante.

„Prefiero morir mañana que vivir cien años de soledad sin haberte conocido.“

Schreibe einen Kommentar

Deine E-Mail-Adresse wird nicht veröffentlicht. Erforderliche Felder sind mit * markiert

*